Recién se habían casado. Ella era una mujer soñadora y él era duro. Ella lo esperaba cada día en la casa grande en la que vivían. Alicia estuvo enferma por mucho tiempo.
Un día que Jordán le hizo cariño en el jardín, ella se puso a llorar. No pudo levantarse de nuevo a partir de ese momento, se debilitaba más cada día, Jordán no entendía qué pasaba. Comenzó a alucinar y una noche exclamó el nombre de su esposo. Cuando él fue donde ella, Alicia gritó nuevamente. Afirmó haber visto un antropoide que la miraba fijamente desde la alfombra. Médicos fueron a verla inútilmente. Jordán estaba furioso y Alicia cada vez peor, débil, sin hablar y perdía sangre. Perdió el conocimiento y por fin murió. La sirvienta encontró manchas que parecían de sangre en el almohadón. Jordán lo cortó y entre las plumas encontró un animal muy feo que había estado chupando la sangre de Alicia en las noches y en cinco días la había matado.
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